12 de mayo de 2016

DIANE BRASSEUR: LAS FIDELIDADES

No quiero envejecer. No es mal comienzo. No quiero que me aparezcan manchas en las manos. Las intenciones de la novela son claras. Tengo cincuenta y cuatro años y, desde hace uno, engaño a mi mujer con otra, una mujer más joven que yo, una mujer que tiene ventitrés años menos que yo. Vale, me  llevo el libro. 
   Imposible alejarte de esta novela ni un momento, se lee de un tirón, mientras entreteje de forma aparentemente descuidada el retrato del protagonista. Un hombre atrapado entre dos mujeres se debate entre ambas, con un planteamiento exento de maniqueísmos y estreotipos. Imagina, se pone en la piel de ellas, predice la catástrofe y  teme que su amante le abandone. Por la noche, cuando todos duermen, me entreno. Piensa además que su mujer lo intuye. Mi mujer está en la cama, ha dejado la luz de mi lado. Se da cuenta de que algo va mal, cree que tiene que ver con mi padre o tal vez lo sabe, lo ha comprendido todo.
   El péndulo oscila de un lado a otro, desde la serenidad al fuego redentor. Echo en falta a mi mujer, echo en falta a mi hija, echo en falta los ruidos de mi casa, los escalones que crujen y el zumbido de la nevera, el televisor encendido en el salón. Pero el otro confín de la tierra no se parece en nada. Follar hasta el hartazgo, estrecharla entre mis brazos con todas mis fuerzas, comer en el mismo plato y lamer los mismos cubiertos, decir todas las palabras de amor una tras otra, como se enciende un cigarrillo con el anterior, ducharnos juntos e intercambiarnos la ropa para saciarnos de una vez por todas.
    Un viaje familiar a Nueva York supone el punto de inflexión, el momento que regala la distancia y la perspectiva. Un sinfín de pensamientos encadenados, una explosión de sentimientos nos permitirán seguir al personaje por ese camino de introspección. Y el ritmo de la novela va acorde con el proceso acelerado de este hombre atribulado, las páginas vuelan y nos dirigen sin pausa hasta un final fluido, a pesar de que parecía llevarnos por otra avenida. O precisamente por eso es tan natural.

Resultado de imagen de DIANE BRASSEUR: LAS FIDELIDADES

No hay comentarios:

Publicar un comentario