7 de junio de 2014

Mario Vargas Llosa: El héroe discreto

   Este libro, como el personaje al que alude el título, comienza de forma modesta, con el oficio de un buen escritor pero sin grandes pasiones ni deslumbramientos. Habla de gente corriente, personas trabajadoras que han dedicado la vida a su oficio, a ganarse la vida con honradez. Muy bien escrita -como no podía ser de otra manera-, poco a poco te va atrapando en una telararaña construida con la precisión de un auténtico maestro de la literatura. Y el final lo devoras con más ansiedad de la debida, las prisas no son buenas ni para leer.
   Lleno de personajes cercanos, nos introduce en la vida cotidiana de un país muy vivo. Dije que tira, no que putee. Tirar y putear son cosas distintas, coleguita. Mabel es una cortesana, o algo así. Sólo con algunos privilegiados y en su casa. Vuelven conocidos de sus libros anteriores como el policía Lituma o el irrepetible Rigoberto. También regresan las viejas preocupaciones del autor que nos recuerdan aquel "¿En qué momento se había jodido el Perú?" de Conversación en la Catedral. En este país no se puede construir un espacio de civilización ni siquiera minúsculo...La barbarie termina por arrasarlo todo. E insiste y aflora la vena de un escritor que ha vivido en los dos continentes. Si tanto te gusta Europa, si sueñas día y noche con ella, ¿por qué has vivido toda tu vida en el Perú, papá? 
   La paternidad, los hijos, están presentes a lo largo de toda la novela. Unos, calaveras; otros, complicados, nunca es fácil esta labor para la que no exigen carnet de ningún tipo, ni tan siquiera asistir a un curso elemental de conceptos básicos. A veces los vástagos ponen en situaciones difíciles a sus progenitores. Siempre te gustó el arte, la pintura, la música, los libros. Es de lo único que hablas con tanta pasión. ¿Y, entonces, por qué te hiciste abogado? Y no le queda más remedio al padre que confesar por cobarde, hijito. La pasión por el arte es manifiesta. La vi hace muchos años y quedé prendado de esa pintura hasta hoy.
   Pero los padres han sido hijos y su vida muchas veces se ve  mediatizada por la influencia que han recibido en la infancia. Nunca te dejes pisotear, hijito es el lema que nuestro héroe discreto heredará, grabará a fuego en su cuerpo y lo empujará sin remisión a forjar su vida de esa manera y no de otra.
   Realismo cotidiano con sucesos que nos apartan de una realidad, no voy a escribir mágica, pero sí  extraordinaria. ¿No te parece vivir una situación algo irreal?