A finales de 2010 la pequeña editorial canaria Baile del Sol publica por primera vez en España una obra de este sorprendentemente desconocido escritor norteamericano. Y nos regala Stoner, en realidad su tercera novela, una obra magnífica, lo que algunos suelen denominar una obra maestra. Hacía mucho tiempo que no leía nada tan bueno. Es la historia de un gris profesor universitario y su insoportable mujer. Un estudiante cualquiera al que le viniera a la cabeza su nombre podría preguntarse tal vez quién fue William Stoner, pero rara vez llevará su curiosidad más allá de la pregunta casual. Los colegas de Stoner, que no le tenían particular estima cuando estaba vivo, ahora raramente hablaban de él. Sus orígenes humildes forjarán su personalidad. A los treinta su padre aparentaba cincuenta; encorvado por el trabajo, miraba sin esperanza hacia la árida parcela de terreno que sostenía a la familia de año en año. Su madre contemplaba su vida con paciencia, como si fuera un momento largo que tuviera que aguantar. Sin apenas acción ni grandes acontecimientos -emociones fuertes buscadlas en otra canción-, su intensidad narrativa nos conquista el corazón literario de forma irresistible. Como anécdota, su quizá no muy afortunada cubierta fue sustituida en la tercera edición. Imprescindible.
Tres años después se publica Butcher´s Crossing, su segunda novela. Es un western que nos lleva hasta la Kansas profunda del siglo XIX con un realismo asombroso. Parece que cabalgamos por interminables praderas en busca del bisonte y hasta nos acaban doliendo las posaderas de tanto paseo a caballo, no notaba las nalgas, y sus piernas podrían haber sido de madera, tan tiesas e insensibles las tenía, pegadas a los flancos del caballo. La caza de este animal es protagonista del libro. Allí en el suelo, yerto, el animal carecía de la dignidad y la fuerza salvajes que él le había atribuido unos minutos antes. Y claro, una vez encontrado el bisonte, no se caza para vivir, sino para acumular hasta el exterminio. Aunque no está aún muy claro si, en este periodo de la historia, el fin era el enriquecimiento con el bisonte o acabar con el modo de vida del indio. Los proteccionistas también entonces eran atacados y vilipendiados. La historia del hombre blanco se repite, es muy pobre, quizá tanto como él mismo. Encontraremos aquí parte de nuestra historia actual; la codicia, las burbujas económicas o la busqueda de la libertad, nada le obligaba a ir allí donde estaba mirando; iba porque era libre.
Una reflexión sobre la condición humana con vaqueros y bisontes. Una delicia.